Ahora resulta que todos somos iguales

Vaya por dios!

Cosa imposible e incompresible ésta. No podemos ser todos iguales si somos todos distintos. Vamos, no se a qué retrasado se le ocurrió la idea.
Me imagino que se basará en que todos sentimos sufrimos y nos alegramos igual, esperamos igual, vamos, que sentimos igual y que tenemos dos pares de piernas, brazos, ojos, orejas y pulmones y un cerebro. En el caso de que se tenga todo eso, claro.

Pues mire usted que los monos también tienen todo eso.
Si uno está diciendo que todos somos iguales (no se en que será) está comparando a todos con todos y no encontrando diferencia, o lo que es lo mismo, mejores y peores. Si uno no sabe valorar en una escala, (siempre en relación con algo claro está) lo mejor y lo peor, lo bueno y lo malo es que no discierne. Y si es capaz de pasar por alto la distinción más importante que hay en la vida de las personas (esa de mejor/peor y bueno/malo) para proponer esa igualdad es que: 1- es lo peor, 2- no es persona/ no tiene valores/ es peor que un animal.
Fíjense ustedes que condescendiente me estoy poniendo(?) me puedo permitir el lujo de expresarme como quiera ya que el blog es mío XD

Hablando de la justicia, que es el motivo que rige la cuestión. El que afirma que todos somos iguales lo hace diciéndose justo. “La justicia es que todos somos iguales” y esa es la injusticia más grande nunca habida. La justicia, le da a cada uno un cuerpecito al nacer y es ahí cuando todos somos iguales realmente. La justicia reparte y manda (aparte de las creencias del mas allá de cada uno) y nazca guapo, feo, rico, pobre, negro, morado, sanote o desgraciado no apunta a favor de lo que uno no hace o hace mal.
Nadie nace siendo lo peor o lo mejor, bueno o malo, o sí o no pero nunca igual a nadie.

Si les parece que todos somos iguales está tirando por los suelos los valores que han hecho posible la cultura occidental que le ha parido y le ha dado donde caer muerto. Porque le sepa crudo o no, no puede pretender jamás de los jamases que una prostituta sea igual que una mujer que funda una familia aún sola, o que un ladrón es igual que un trabajador, o que un inmigrante que cobra una pensión es igual que un paisano que ha trabajado todos los días de su vida. Del mismo modo que yo no pretendo que me contraten antes a mí que a una como yo pero con 2 idiomas más, o que me cojan antes a mí para un desfile que a una más guapa y más delgada o que me vaya a Francia y me regalen las cosas. Y pensarán que es anticuado pero es la cosa más básica y de sentido común. Y ya no por que lo dijera Darwin, sino por que es lo único que funciona, les guste o no.

El bueno es bueno y el malo es malo. Y cuando el bueno es realmente bueno sabe que hacer para que el malo sea menos malo. Y si uno no cree en esta básica diferencia que ha fundado todo (y que nos hace tan distintos) está buscando la autodestrucción, por muy justo y moderno que se piense.
Y ahora veamos que es lo que de nuevo nos hace distintos: Los derechos y las obligaciones. Porque todo ser viviente tiene los mismos derechos, que no son otros que los que la misma vida le otorga y que nadie le puede arrebatar. Otra cosa es una sociedad: una sociedad fundada en unos valores que condicionan unas obligaciones. Todo individuo incluido en una sociedad lo está porque supuestamente está de acuerdo con ella: con los valores que la rigen y con los derechos y las obligaciones producto de esos valores. Por esa misma regla de tres si no cumple las obligaciones no tiene porqué esperar derechos. O no sería sino injusticia?
Esperar lo mismo siendo distintos es tan fácil como no formar parte de esa sociedad e irse a vivir desterrado en la naturaleza y toparse con la justicia más básica, pura y dura.

El que crea que no hay blanco y negro, que no se necesita luchar, que no hay una corrección real o un ideal por el que mejorar, pues que diga que todos somos iguales y que sea el peor de todos. Pero que no se aproveche del buen lugar que los valores rectos le han dado.